Año dos

Cuando iba de pequeño a casa de mi abuela me solía detener en la entrada del comedor, donde se exhibía una bendición de alguno de los Pontífices sesenteros a mi familia. Para mí, ver mis apellidos en aquella especie de diploma, asociados a alguien tan importante como el Papa, era un símbolo de estatus que me protegía contra pequeños pecadillos....

 Noticia en ESPAÑOL