La columna de Luis Montero: Neuromoneda

«Todos los días durante un par de horas dejo de existir. O al menos mi existencia deja de ser. Sí, es complicado. A ver si puedo explicarme. Sí, porque sigo existiendo, sí, pero ya no soy yo. Y ni siquiera soy otro. No es como esas enfermedades, como la personalidad múltiple, en las que varias personas ocupan un mismo cuerpo...